martes, 27 de septiembre de 2011

noвody ѕaιd ιт woυld вe тнιѕ нard...

La penúltima semana de septiembre es especial en mi pueblo. Que típico suena para la gente que no es “de pueblo” eso de “la feria...” Y es que las ferias de las capitales, aunque parezcan lo mismo, no tienen nada que ver con la de los pueblos, estoy completamente convencida de ello.

Hace unos días... una amiga se preguntaba qué significaba la feria.
Para mí la feria es sinónimo de diversión, de reencuentros, de bailes, de paseos, de calor, de comer, de beber, de disfrutar del sol, de disfrutar de tu pueblo y de tu gente... Es una semana que marca el fin del verano, una semana donde no existen problemas ni preocupaciones. Una semana donde el pasado y el futuro no importan... solo el presente, solo la feria. Sinónimo de sonreír a todas horas.

La feria pasó y a mi, particularmente, siempre se me hace corta.
Ahora deseo que la de este año hubiese sido eterna, y no precisamente por quedarme con ganas de más, sino por la vuelta a la auténtica vida, a la de verdad..., por evitar o retrasar infinitamente la bofetada que la realidad nos dio en la cara.
El final de una historia que empezó hace un año... Una historia para la que todos esperábamos una solución alternativa, para la que todos guardábamos grandes esperanzas...

Una vez más hubiese querido parar el tiempo, quedarme anclada en la feria... En ese mundo alternativo... En ese paraíso de la felicidad...

“Nos vino a visitar... La cruda realidad, entró sin llamar...”

viernes, 23 de septiembre de 2011

No puede ser un día más más grís...

Esta noche, en mi cielo, brillará una estrella más...