Qué sensación tan fantástica es salir a tomar algo, cuando tu realidad te supera, y darte cuenta de que estás disfrutando y olvidando lo demás por un rato.
Qué fantástico es que esa sensación no la provoque cuatro copas, sino dos personas.
Qué bonito es repasar tus días y ver que esas personas están asociadas a la mayoría de tus sonrisas.