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De pequeña me encantaba el día de los Santos Inocentes. Ahora lo detesto.
No me gusta ese día porque me recuerda que hay una familia que sigue rota, y unos amigos que no sonríen como antes. Me recuerda que, aunque muchas personas no estábamos realmente unidas a él, sentimos que falta cada día... Y hoy más.
No me gusta porque todas las felicitaciónes se quedaron este año en el aire.
No me gusta porque hace un año había esperanzas, había lucha... Y en un año todo se ha esfumado.
No me gusta porque es inevitable desear que todo fuese una inocentada...

Anoche, en el cielo, una estrella brilló 23 veces más que las demás.

24h

Es contradictoria la mente humana. Contradictoria y curiosa.

Es sorprendente como en un mismo día cabe tanto sentir.

Hoy ha sido un día raro.

Me he decepcionado tanto a mí misma, que por un rato solo he querido desaparecer.

He sentido la ausencia de las personas cercanas de las que esperaba apoyo.

Me he alegrado de ser quién soy, de estar donde estoy, de que haya personas que me conozcan de verdad.

Me he sentido sin ganas de sonreír ni de hacer sonreír, y luego he sonreído y he hecho reír.

He pensado en los demás antes que en mí.

He vuelto a recordar que nunca se deja de aprender sobre las personas, para bien y para mal, cada día y cada segundo.

He disfrutado de la lectura cercana, después de tanto tiempo… y de la música, mi música.

Hoy la razón ha llamado a la puerta recordando que todo fue verdad, que esa persona falta.

Hoy no sé si antes me faltaba tiempo, o es que ahora me sobra…