Mis pequeñas vacaciones en la playa han terminado. Aunque se han hecho cortas, he podido disfrutar de las pequeñas cosas, de los pequeños placeres de la vida…
Sentir el sol en mi cuerpo, el roce de la brisa en mi piel…
Ver como lo importante no es la edad, sino las ganas de vivir…
Oir el lenguaje del mar...
Ver delfines y sentirme como una niña de 5 años…
Observar la inocencia de un niño de mirada perdida, su risa descontrolada llena de nerviosismo…
Pasear por la playa a primera hora, cuando aún quedan pescadores de la noche anterior…
Ver desaparecer en una niña de 2 años el miedo al mar día tras día… sentir su cariño sincero…
Estar en lugares de ensueño, ver como la realidad supera la imaginación…
Disfrutar de la compañía de la familia…
Comer fruta…
Dormir a todas horas…
Bendecir a la casualidad por permitirme soñar una noche más…
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario